En un recorrido por el oriente colombiano, deleitamos nuestra vista con cerca de 60 aves en una sola mañana. En esta región, podemos encontrar más de 400 de estas especies.
Son las 6 de la mañana, y estamos en Monserrate, una vereda ubicada a 15 minutos de Arauca por carretera. Allí, Jhon junto a dos jóvenes nos reciben con un tinto caliente y unos binoculares. Cámara en mano y potentes lentes al cuello, empezamos la caminata por el Clarinetero, un sendero ubicado al lado del río Arauca, en el que se realiza avistamiento de aves de la región.
Jhon Álvarez es la mente detrás de Arauca Birding, una iniciativa que involucra a jóvenes comprometidos, entusiastas y amantes de la naturaleza, que, a través de caminatas ecológicas, buscan proteger y conservar el ecosistema de la región, además de crear un impacto positivo para los demás lugareños, habitantes de un territorio anteriormente golpeado por el conflicto armado.
El recorrido dura aproximadamente 4 horas y se hace a la orilla del río Arauca. | ©ÁNGELA PALACIOS
“Este es el paraíso de cualquier pajarero profesional”, nos comenta Jhon, ya que en el recorrido es posible avistar cerca de 100 especies de aves si se cuenta con suerte, aunque lo normal suele ser entre 40 a 60. Pero durante la caminata también es posible descubrir otras especies de fauna local, tales como chigüiros, iguanas, micos, morrocoys, entre otros, y claro, Jhon conoce al detalle cada una de ellas; sus características físicas, el nombre científico de todas tal y como si se tratase de una enciclopedia; una verdadera Wikipedia humana, como algunos lo apodaron, que además de tener una memoria prodigiosa, posee una verdadera vista de lince, equiparable a los binoculares que llevábamos, capaz de distinguir pequeñas aves en vastos follajes. “Allí, allí, a la izquierda por la última rama -nos señala mientras orienta nuestras miradas y vemos un ave con destellos verdosos y naranjas y un collar blanco se asoma a lo lejos-. “Megaceryle Torquata o Martín pescador, tómele fotos si puede, tenemos mucha suerte”, agrega.
En una hora de recorrido es posible avistar hasta 40 aves. | ©ÁNGELA PALACIOS
Entre garzas, gavilanes, araucos, pájaros carpinteros, zamuros, colibríes, gálbulas y demás aves, transcurre la mañana, después de poco más de 4 horas de caminata. Mientras esperamos sentados a la orilla del río y bajo la sombra de un palo de mango a la lancha que nos llevará de vuelta a Arauca, Jhon hace un checklist de memoria de todas las aves que vimos en el recorrido, todas ellas, por su nombre científico. Al final de la jornada la lista es de 61. “¡Hoy tuvimos mucha suerte, de verdad!, concluye Jhon con un entusiasmo que nos hace sentir a los presentes honrados de estar allí, en esa Arauca profunda y multicolor.